top of page

Acciones del Colectivo

El miércoles 9/11/2016, a las 14hs fuimos recibidos por la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social de la Cámara de Representantes con la presencia de Walter De León, Martín Lema y Nibia Reisch.

 

El colectivo NO-a-la-obligatoriedad-de-la-vacuna-contra-el-VPH estaba representado por Lilián Abracinskas, Fiorella Duhalde, Bernadette Coya, Javier Silveira, Carolina Barboza y Ana Rosengurtt.

 

Nos presentamos manifestando nuestra preocupación por el anuncio del MSP para el 2017 y por la vacunación que ya se había realizado en una escuela pública del Cerro a las niñas de 6o año.

 

Les quedó claro que no rechazábamos la vacuna sino su imposición obligatoria. Les entregamos la declaración del colectivo acompañada por las 4732 firmas recabadas hasta ayer.

Se comprometieron a hacerlas llegar al MSP. 

 

La Comisión tiene el gusto de recibir a las señoras Carolina Barboza, Lilián Abracinskas, Ana Rosengurtt, Fiorella Duhalde y Bernadette Coya, y al señor Javier Silveira, integrantes de la Comisión Ciudadana HPV.

 

SEÑORA ABRACINSKAS (Lilián).- Soy directora de Mujer y Salud en Uruguay, organización feminista que trabaja en la promoción y defensa de la salud y los derechos sexuales y reproductivos.

 

En esta oportunidad, comparezco como integrante de esta iniciativa ciudadana que se constituye inmediatamente al anuncio público realizado por las autoridades del Ministerio de Salud Pública respecto a hacer obligatoria la vacunación contra el HPV a partir de 2017. Esto significó una serie de reacciones por parte de iniciativas ciudadanas aisladas que tratamos de coordinar. El motivo de la movilización es la preocupación por esta decisión anunciada por el Ministerio de Salud Pública de comenzar a vacunar contra el HPV a niñas que cursan sexto grado de escuelas públicas.

 

Como ciudadanía informada entendemos que la aplicación de la vacuna se está experimentando a nivel mundial. Hemos hecho una búsqueda exhaustiva de información en relación al impacto que ha tenido la vacunación en otros lugares del mundo y cómo se han comportado los países al respecto. Toda la información que recabamos coincide en que la vacuna podría tener un impacto positivo para dentro de veinte o cuarenta años, pero que los efectos adversos son inmediatos. Además, en otros países ya existen asociaciones de personas afectadas por las vacunas con las que nos hemos puesto en contacto como es el caso particular en España y Chile.

 

Estamos preocupados por esta decisión. Entendemos que no media ninguna argumentación sólida por parte de las autoridades que han ido variando las decisiones en relación a esta vacuna desde que ingresa al país en 2006 -abonándola primero-, que luego se aplica gratuitamente y que más adelante se recomienda su inoculación. Por lo tanto, la vacuna está a disposición de quienes quieran inocular a sus hijas.

 

Entendemos que, respecto a la libertad y autonomía de las personas para aceptar o no cualquier tipo de indicación terapéutica o preventiva, nos ampara la Ley N° 18.335.

 

Comparecemos ante la Comisión como ciudadanía preocupada por esta situación para solicitar que las autoridades del Ministerio de Salud Pública revean esta decisión. Solicitamos al Poder Legislativo que tome las medidas del caso para que las autoridades del Poder Ejecutivo cumplan con la ley que nos protege.

 

SEÑORA ROSENGURTT (Ana).- Rechacé la obligatoriedad de hacerme una mamografía y obtuve un fallo del Tribunal de lo Contencioso Administrativo respaldándome en mi derecho a decidir sobre mi vida y mi cuerpo.

 

Apenas unos días después, surgió el anuncio del Ministerio de Salud Pública respecto a la obligatoriedad de la inoculación de esta vacuna. Como entiendo que esta situación cabe en la ley mencionada decidí apoyar esta iniciativa.

 

En nuestro marco normativo las estadísticas no son sujetos de derecho y como tales lo que nos protegen son las leyes, en este caso particular, la que refirió la señora Abracinskas que defiende el derecho que tenemos de rechazar cualquier diagnóstico, prevención o tratamiento que se nos indique.

 

De acuerdo a esta investigación que hicimos, surge que la vacuna no es obligatoria en ningún país desarrollado, ni siquiera en los países que la crearon.

 

Por otro lado, en los países desarrollados en los que hay aplicación obligatoria de ciertas vacunas existe un fondo de compensación por daños que sufran las víctimas por los efectos adversos de su aplicación; como ocurre con los medicamentos, las vacunas no surten el mismo efecto a todas las personas. Se acepta que hay gente que sufre efectos adversos. En nuestro país, no existe un sistema de compensación por los daños que pueda provocar una vacuna.

 

Entonces, en nuestro país obligarán a la gente a vacunar a sus hijos y quienes sufran efectos adversos, como es el caso de la señora Coya, tendrán que apechugar con los costos de los tratamientos y con las consecuencias que acarreen. Por más que la vacuna sea gratuita, estas personas tendrán que apechugar desde todo punto de vista con todos los efectos.

 

SEÑORA COYA (Bernadette).- Soy una madre no afectada por esta vacuna, pero el punto a mediar aquí es cuando la historia clínica relata que la persona a inocularse tiene su sistema inmune afectado.

 

Me parece que no podría inocularse a todos los niños, hijos, hijas o madres.

 

Padezco una enfermedad bacteriana que me afectó el sistema inmune y, a raíz de eso, sin saber, mi hijo también está afectado por esta misma enfermedad. Cuando tuvo una reacción a otra vacuna de la infancia, tuve que solicitar apoyo en el exterior porque aquí no me lo brindaban.

 

La cuestión puntual es que si mi hija o mi hijo necesitan inocularse con la vacuna contra el HPV hay que tener en cuenta que la historia clínica relata una situación autoinmune a rever; por lo tanto, la inoculación no tendría que ser obligatoria.

 

SEÑOR SILVEIRA (Javier).- Soy padre de una niña de diez años y de un niño de seis años, y me preocupa mucho la obligatoriedad de la vacuna.

 

Me interesa dejar claro que no somos un grupo antivacunas, sino que estamos totalmente de acuerdo con que la vacuna esté disponible y sea gratuita, para todo aquel que quiera vacunarse. No queremos que sea obligatoria. La ciudadanía tiene derecho a informarse y a elegir libremente lo que quiere hacer con sus hijos.

 

SEÑORA ABRACINSKAS (Lilián).- Les dejamos una carta documento consensuada, que hemos hecho entre todas las personas que estamos en esta iniciativa, con 4.735 firmas recolectadas espontáneamente a través de las redes electrónicas.

 

Nuestra solicitud es que el Poder Legislativo eleve un pedido de informes al Ministerio de Salud Pública sobre la argumentación en la que se apoya esta decisión, a fin de que la reconsidere.

 

Por otro lado, sería importante tener un sistema de vigilancia sobre la inoculación. Tenemos entendido que han sido vacunadas más de veinticuatro mil niñas en el país. Sin embargo, no hemos podido acceder a información, más que por los medios de prensa. En principio, habría habido treinta afectadas, cinco con riesgo y una directamente involucrada con la vacuna. El hecho de no reconocer que puede tener efectos adversos hace que el sistema de salud no se prepare, para cuando haya algún tipo de sintomatología, con alguna respuesta inmediata y acorde. El caso de Bernadette Coya es un ejemplo de cómo después los padres tienen que lidiar con un sistema de salud que no atiende estos impactos.

 

En otros países, inclusive en los que la vacuna no es obligatoria, hay un sistema de indemnizaciones para que, ante cualquier efecto, haya una reacción inmediata de apoyo del Estado a las familias afectadas.

 

Nada de esto está funcionando en el país y, por lo tanto, hay una suerte de arbitrariedad en la decisión anunciada desde el Ministerio.

                                                             Versión taquigráfica de la audiencia comisión de salud diputados>>> 

                                                             

                                                                                    Reunión en la comisión de Salud del Senado

 

SEÑORA PRESIDENTA.- Si la comisión está de acuerdo, vamos a enviar la versión taquigráfica de esta reunión a ASSE –y también al Ministerio de Salud Pública– y vamos a incluir el punto en el orden del día de la sesión a la que concurran sus autoridades.

 

Agradecemos a nuestros invitados por su presencia en la sesión de hoy y quedamos en contacto.

 

(Se retira de sala la delegación de funcionarios, médicos y usuarios del Centro E. Claveaux, ex–Filtro).

 

(Ingresa a sala una comisión ciudadana de padres y madres en relación a la vacuna del virus del papiloma humano).

 

–Damos la bienvenida a una delegación de padres y madres en relación a la vacuna contra el HPV, integrada por Ana Rosengurtt, Fiorella Duhalde, Marcelo López-Lage y Gustavo Prieto.

Todos los miembros de la comisión recibimos la nota que nos enviaron.

 

SEÑORA DUHALDE.- Vengo en representación de la organización Mujer y Salud en Uruguay, que desde hace muchos años viene trabajando en la promoción y defensa de los derechos sexuales y reproductivos. Es por esto que, una vez conocido el anuncio por parte del ministerio de establecer como obligatoria la vacuna a partir del año 2017, comienzan a llegarnos consultas y llamadas por parte de padres y madres preocupados por esta determinación.

 

Fue así que comenzamos a ponernos en contacto con asociaciones de personas afectadas en el mundo por las vacunas, particularmente de España y Chile.

 

Como ciudadanía informada entendemos que la aplicación de la vacuna está, a nivel mundial, en una fase de experimentación. Hemos hecho una búsqueda exhaustiva de información con relación al impacto que la vacuna ha tenido en diferentes países y cómo se han comportado con respecto a este asunto. Toda la información coincide en que, si bien la vacuna puede tener un impacto positivo, esto será dentro de veinte o cuarenta años, pero los efectos adversos son inmediatos.

 

SEÑOR LÓPEZ-LAGE.- Vengo en calidad de padre; tengo dos niñas: una de cinco años y otra de diez. En virtud de la inminencia de la obligatoriedad de la vacuna, yo me puse a investigar sobre el tema a nivel personal. En la familia hay casos de HPV que fueron tratados con distintos mecanismos y el virus fue erradicado. Quiere decir que hubo un contacto con el HPV a nivel familiar. Todos saben que es algo bastante común y que existen determinados mecanismos para tratar de evitarlo.

 

Pues bien, en función de ciertos comentarios con relación a los casos adversos, fui a consultar a profesionales en el área y me encontré con una sorpresa: había gente que la apoyaba y otros que no. Por eso seguí investigando y me encontré con que en una época en Uruguay no se apoyaba que la vacuna fuera obligatoria; ni siquiera se recomendaba su aplicación. Sin embargo, hace poco tiempo nos enteramos de que dentro de pocos meses pasaría a ser obligatoria. Aclaro que no estoy en contra de la vacuna; evidentemente se tiene que aplicar, pero sí estoy en contra de la obligatoriedad –en esto nos sentimos todos identificados– y por cuestiones bien definidas: existen casos de reacciones adversas. No todas las personas se comportan de la misma forma ante la aplicación de la vacuna.

 

Realmente, como padre, temo que uno de esos casos sea el de mis hijas y temo también que existan casos adversos en otras personas, porque aunque no las conozca me parece que sería terrible, sobre todo cuando no se tiene cómo enfrentar esa situación.

 

Entonces, cuando no estamos hablando de una epidemia, cuando las estadísticas manifiestan que aproximadamente el 0,32% de las mujeres pasa por este proceso y que existen métodos alternativos, nos preguntamos por qué la obligatoriedad. Además, no estamos hablando de mujeres de 20 años que tienen la capacidad de decidir, sino que son niñas, que en muchos de los casos, en el momento o poco tiempo después, presentan reacciones adversas.

 

Como un padre real y profundamente preocupado, me presento ante los señores senadores para plantearles esta situación porque ustedes también tienen hijas y nietas. Me siento nervioso por toda la información que, además, aunque está disponible, no nos plantea un futuro promisorio, sobre todo pensando que se necesitan entre 20 y 25 años para verificar que los efectos sean los correctos y adecuados.

 

SEÑORA ROSENGURTT.- En principio quiero decir que rechacé la mamografía obligatoria en el carné de salud invocando la ley de derechos de los pacientes y usuarios de los servicios de salud y el TCA me dio la razón.

 

Entiendo que esta vacuna, como sus efectos se visualizarán recién dentro de 20 o 40 años –el cáncer cervical o el cáncer de mama no son enfermedades trasmisibles–, es experimental. Y la ley sobre derechos de los pacientes y usuarios de los servicios de la salud dice que en el caso de investigaciones médicas se debe recabar el consentimiento informado de las personas que participan de ellas. Este es el caso de la vacuna. El consentimiento es la antítesis de la obligatoriedad.

 

También sabemos que la información a favor de la vacuna en realidad es construida y divulgada por los fabricantes; por lo tanto tiene un sesgo. Ante la controversia entre la información de los fabricantes –quienes admiten que tiene efectos adversos– y los casos que se reportan en todo el mundo de los efectos producidos en niñas actualmente, consideramos que no puede ser obligatoria, sino que los padres deben decidir qué es lo mejor para sus hijos. Esta vacuna no es obligatoria en ningún país desarrollado –ni siquiera en donde se fabricó– y, además, se cuenta con sistemas de compensación de daños a los afectados. Es un sistema financiado por el Estado y los fabricantes, porque se reconoce, para cada vacuna, que existen efectos adversos. Quien impone la obligatoriedad se hace responsable de los problemas de aquellas personas a las que la vacuna les sienta mal. Acá en el Uruguay eso no existe. Justo no vino una madre que tiene un hijo que padeció una consecuencia adversa con una vacuna infantil, pero puedo decirles que este es uno de los casos en los que la madre tuvo que apechugar sola contra todos los problemas, los tratamientos, chequeos médicos, análisis y verificaciones para sacar adelante a ese chiquilín.

 

Nos preocupa, por un lado, que no haya un sistema de vigilancia de los efectos adversos, en particular los de esta vacuna y, por otro, que tampoco exista un sistema de compensación de daños, es decir, que alguien se haga responsable de los perjuicios ocasionados por las vacunas. En Estados Unidos se pagaron USD 6:000.000 por los efectos adversos en 49 casos de esta vacuna; cada víctima cobró algo más de USD 120.000, aunque dos de ellas fallecieron, por lo que cobraron los familiares. Pero acá eso no está previsto; son los padres los que tendrán que hacerse cargo cuando sus niños sufran algún episodio de este tipo.

 

En nuestro país las estadísticas no son sujeto de derecho, o sea que los sujetos de derecho son las personas, tanto quienes están a favor de la vacuna como quienes están en contra. Por lo tanto, hay que respetar lo que cada uno decida para sus hijos en función de sus creencias, de sus convicciones, de la información que tengan o de cómo sean sus hijos.

 

SEÑOR PRIETO.- Primero voy a aclarar que trabajo en el sector de la salud como enfermero; no soy médico.

 

Quisiera reafirmar lo que planteó Marcelo López-Lage sobre este tema, acerca del cual se viene discutiendo desde hace muchos años en el área de la salud. Trabajo con muchos ginecólogos y pediatras, a quienes les he preguntado y me ha llamado la atención que muchos de ellos me han dicho que a sus hijas no las vacunan. Lo que sí ha habido es una opinión consensuada entre casi todos los profesionales en cuanto a que aun estando de acuerdo con que la vacuna es buena y todo lo demás que hoy plantean el ministerio y la Organización Mundial de la Salud, igualmente están en contra de que su administración sea obligatoria.

 

Tengo dos niñas, una de quince y otra de diez años, Lucía, con quien he tenido que abordar el tema de la sexualidad tempranamente aun cuando todavía no está madura para comprenderlo. Pero como el asunto de la vacuna está sobre la mesa y están vacunando en las escuelas, y yo no quería que a mi hija le dieran esta vacuna –por las dudas, aclaro que soy provacunas–, tuve que empezar a hablarle de sexualidad a los diez años cuando no era mi intención hacerlo a una edad tan temprana. Entonces, este tema de la vacuna hasta ha violentado mi hogar.

 

Me siento honrado de estar ante nuestros representantes y en este lugar donde se respira libertad –es más, toda la historia de la libertad de nuestro país pasó por estas paredes– y por eso, como padre, les pido a ustedes y al Ministerio de Salud Pública que nos saquen de este brete en el que estamos inmersos, ante dos opiniones científicas que nos dicen, una, que la vacuna es eficiente y segura –no sé cómo lo saben con tan pocos años en el mercado– y, otra, como la sociedad que reúne a los pediatras de Estados Unidos, que están surgiendo casos de jovencitas de veinte años con menopausia precoz. Los padres estamos en el medio, y todavía con un anuncio de obligatoriedad que nos pone muy mal, nos asusta mucho, y cuando acudimos a los médicos –que son los que estudiaron y saben del tema–, nos encontramos con que nos dicen que a sus hijas no las vacunan. Otros dicen que están de acuerdo con la vacuna pero no con la obligatoriedad.

 

En definitiva, les estamos pidiendo que se nos saquen de este brete de tener que vacunar a nuestras hijas porque sentimos que les estamos poniendo un revólver en la cabeza y jugando a la ruleta rusa.

 

Es un pedido como padres que estamos haciendo a los integrantes de esta comisión.

 

Muchas gracias por recibirnos.

 

SEÑORA ROSENGURTT.- Quería agregar que la sentencia del Tribunal de lo Contencioso Administrativo que me dio el derecho a negarme a hacerme la mamografía destaca la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la Unesco que fue aprobada por aclamación en el año 2005 –en aquel momento el embajador uruguayo ante la Unesco era el doctor Gros Espiell– con la participación de Uruguay. El artículo 6 de esa declaración, a la que Uruguay se comprometió, expresa lo siguiente: «1. Toda intervención médica preventiva –como las vacunas–, diagnóstica –como la mamografía– y terapéutica –como las transfusiones– sólo habrá de llevarse a cabo previo consentimiento libre e informado de la persona interesada». Entendemos que si Uruguay cumple ese compromiso internacional, realmente no debería hacer de esta vacuna algo obligatorio. Esto es a lo que todos nos resistimos y fue por lo que surgió espontáneamente este grupo en Facebook. Hace años que está la vacuna en nuestro país y, sin embargo, nadie había reaccionado; fue ante el anuncio de la obligatoriedad que hizo el ministerio que la gente reaccionó.

 

También quiero decir que MYSU hizo un pedido de información pública al ministerio, pero todavía no ha sido contestado. Realmente, estamos tratando de recabar información imparcial de la gente que sabe, pero no nos ha sido brindada. Por tanto, quisiéramos que se le pidiera más información al ministerio para ver en qué está fundada su decisión.

 

SEÑORA DUHALDE.- Como dijo la señora Rosengurtt, nuestra organización hace unos cuantos días envió al Ministerio de Salud Pública un pedido de acceso a la información a partir de este cambio de postura.

 

Además, quiero decir que, como organización que trabaja en la salud sexual y reproductiva, insistimos en la promoción de los mecanismos de prevención, como el Papanicolau, que está implementado como método de detección precoz del cáncer de cuello uterino, así como la protección en las relaciones sexuales. Nosotros hacemos hincapié en esos métodos de prevención.

 

SEÑORA PRESIDENTA.- Agradecemos la información brindada; nosotros tenemos el material que nos han enviado y vamos a remitir la versión taquigráfica de esta sesión al Ministerio de Salud Pública, como corresponde.

 

(Se retira de sala la comisión ciudadana de padres y madres en relación a la vacuna del virus del papiloma humano).

                                        

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Resumen de la reunión del martes 27 DE DICIEMBRE 2016 en la Inst. Nacional  de DDHH

 

A las 10hs fuimos recibidos por Mirta Guianze y Juan Faroppa,

del consejo directivo de la INDDHH.

Ahí mismo Guianze por su fono adhirió al grupo en facebook "No a la obligatoriedad de la vacuna contra el papiloma". 


Nos escucharon muy atentamente. Tomaron nota de todas las instancias que generamos hasta ahora (mov de usuarios, MSP, comisiones de salud

de diputados y senado). Les comentamos la solicitud de acceso a la info pública que el MSP contestó a Mysu, donde reportaron que desde

hace 1 año están vacunando en escuelas de contexto crítico. 


Les comentamos que segun Quian se podría eludir la obligatoriedad con un certificado médico pero que cuestionamos que eso sea viable, puesto que no está previsto un formulario tipo para ello en ningún lado.


También les comentamos que toda la info que se maneja oficialmente proviene de los fabricantes y por lo tanto no es objetiva ni imparcial.
Les presentamos el caso de Bernadette y Sabrina, que tienen que auto-financiarse las consecuencias de los efectos adversos que el MSP se empeña en ignorar.

 

Les mencionamos que en los países desarrollados existen sistemas para resarcir a esas persona por esos gastos. Guianze tuvo un recuerdo para la familia de Colonia (Borgogno Arce) que en la década de los 90 se tuvieron que exiliar por no vacunar a sus hijos (para evitarles la reacción alérgica que habían experimentado con la primera dosis de alguna de las vacunas infantiles). Les hicimos ver que de haber nacido en alguno de los países que indemnizan a los afectados por las vacunas, no habrían pasado por eso.


Nos dijeron que ellos tenían potestad de hacer recomendaciones al poder legislativo sobre proyectos de ley presentados por otros, pero ellos mismos no podían presentar proyectos de ley. 


Nos informaron que hay un consenso mundial en que para limitar derechos de las personas sólo se puede hacer vía ley siempre y cuando se sancione en un gobierno democrático.

Esto impediría que la vacuna se hiciera obligatoria por decreto en el CEV como se ha venido haciendo hasta ahora. 
Se comprometieron a generar un expediente con la información que les dejamos y nos facilitaron sus mails personales para seguir en contacto.
 

El espíritu con que salimos fue positivo.

bottom of page